FECHA:28 DE AGOSTO
NOMBRE DEL LIBRO: STEPHEN KING
PAGINAS LEÍDAS: 12 A 13
RESUMEN:
Ahora, sin embargo, el río estaba retrocediendo y cuando se elevara la nueva presa hidráulica de Bangor, corriente arriba, dejaría de ser una amenaza. Al menos eso decía Zack Denbrough, que trabajaba en Hidroeléctrica Bangor. En cuanto a los demás. Bueno, las inundaciones futuras esperarían. Lo importante era salir de ésta, devolver la corriente eléctrica y después olvidarla. En Derry, olvidar la tragedia y el desastre era casi un arte, tal como Bill Denbrough llegaría a descubrir con el tiempo.
NOMBRE DEL LIBRO: STEPHEN KING
PAGINAS LEÍDAS: 12 A 13
RESUMEN:
Ahora, sin embargo, el río estaba retrocediendo y cuando se elevara la nueva presa hidráulica de Bangor, corriente arriba, dejaría de ser una amenaza. Al menos eso decía Zack Denbrough, que trabajaba en Hidroeléctrica Bangor. En cuanto a los demás. Bueno, las inundaciones futuras esperarían. Lo importante era salir de ésta, devolver la corriente eléctrica y después olvidarla. En Derry, olvidar la tragedia y el desastre era casi un arte, tal como Bill Denbrough llegaría a descubrir con el tiempo.
George se detuvo detrás de las barreras al borde de una profunda grieta abierta en la superficie de alquitrán de Witcham Street. La grieta discurría casi exactamente en diagonal. Terminaba al otro extremo de la calle, a unos doce metros de donde él se encontraba, colina abajo hacia la derecha. Rió en voz alta, mientras el agua desbordada llevaba su barco de papel hasta unas diminutas cataratas formadas por otra grieta en el pavimento. El agua había abierto un canal que corría paralelo a la grieta y el barco iba de un lado a otro de la calle arrastrado tan deprisa por la corriente que George tuvo que correr para seguirlo. El agua formaba láminas de lodo bajo sus botas. Sus hebillas sonaban con un jubiloso tintineo mientras George Denbrough corría hacia su extraña muerte. Y el sentimiento que le colmaba en ese momento era, simplemente, amor hacia su hermano … amor y también cierta tristeza porque Bill no podía estar allí para ver aquello. Claro que él trataría de contárselo cuando volviese a casa, pero sabía que jamás conseguiría que Bill lo viese tal como éste sí lo hubiese conseguido. Bill destacaba en lectura y redacción, pero aun a su edad George tenía capacidad suficiente para comprender que no sólo por eso obtenía Bill las mejores notas; tampoco era el único motivo de que a los maestros les gustaran tanto sus composiciones. La forma de contar era sólo una parte del asunto. Bill sabía ver.
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